Pero empecemos por el principio, que me animo y no tengo freno...

Está situado en el Hotel Alexandra, en una de las mejores zonas de Barcelona, en la calle Mallorca entre Rambla Catalunya y Paseo de Gracia, pero con una entrada independiente de la del hotel muy atractiva y con una terraza perfecta para picotear algo.



Nada más entrar, un bar/charcutería muy estilo "newyorker" donde poder disfrutar de un buen vino acompañado de alguno de sus embutidos cortados en el momento para preservar su sabor al máximo. Quesos, jamón, cecina... Una gran variedad. En esta zona, también hay una mesa con taburetes altos, la típica mesa "para compartir" si vais a tomar algo más de dos.


Subiendo las escaleras llegamos a la zona de restaurante, sobrio pero elegante. Llama la atención, nada más sentarte, que en el mantel están escritos, en francés, los puntos de la carne. Si hay algo que nos encanta cuando vamos a Francia, es la cantidad de puntos de cocción de la carne, y que, en muchos bistrots, te escriben el punto de la carne que pides en la mesa. Pues aquí igual.





En cuanto vimos la carta... ¡Wow! Somos taaan carnívoros que no sabíamos ni por dónde empezar.
El concepto de carta es muy divertido, fácil e ideal para que cada uno coma aquello que más le guste. ¿Por qué? Pues porque lo eliges todo tú.

Para empezar, unos embutidos, a nosotros nos recomendaron la cecina, sin palabras lo sabrosa que estaba, y la acompañamos con un poquito de pan de cristal con tomate.



Luego llega el momento de elegir la carne, primero eliges la raza que quieres comer según temporada (Salers, Black Angus Nebraska, Frisian, Rubia Gallega...) y sabor (suave, media, más sabrosa e intensa). Una vez decidida la carne, elegimos el peso, el punto de cocción, la salsa (Bearnesa, Café de París, queso azul, pimienta negra, mostaza antigua o mojo de hierbas) y las guarniciones, ensaladas, verduritas a la plancha, patatas al gratin... y por si fuera poco, también puedes añadir acompañamientos tipo arroz, pasta, legumbres o choucroute.



Nosotros pedimos dos tipos de carnes para compartir, así probábamos un poquito de todo. Por una parte pedimos un Salers, una carne francesa de vaca joven que se alimenta de la leche de su madre y de los pastos de la montaña, muy tierna. La acompañamos de salsa Bearnesa (mi favorita), puré de patata, mucho más jugoso y suave que el puré que todos conocemos y tomates de Barbastro, ¡Cómo se notan los buenos tomates!



Nuestra segunda carne fue un Frisian, raza originaria del centro de Europa y con un sabor mucho más intenso que la anterior debido a su maduración. ¡Deliciosa! Ésta la acompañamos de salsa café de París, patata gratin, ensalada de lechuga y cebolla al estilo del País Vasco y zanahorias con un toque de comino.



Por supuesto, como ha de ser, todo lo acompañamos con una buena copa de vino y de un personal excelente que nos trató de maravilla.

De postre, una tarta fina de manzana.



Y ya, para rematar, si la velada podía ser mejor, pudimos tomar una copita en la terraza del hotel ¿La conocéis? Un pequeño jardín en el centro del Eixample. Me gustó que, para ir a la terraza sólo tienes que subir un par de escalones, no está en la azotea del hotel. Un pequeño oasis lleno de paz perfecto para rematar la noche, o el día si vas a comer.



Como veis, una más que buena recomendación ideal para una noche romántica, una celebración en familia o, simplemente, para darte un buen capricho.

Restaurante Solomillo Barcelona: Carrer de Mallorca, 251, 08008 Barcelona Tel. 934 67 77 55.